jueves, 27 de febrero de 2014

Historias de la guerra con Sento




Sento Llobell ganó el premio FNAC-Sins Entido de novela gráfica 2013 y no se lo podía creer. Dice que pensaba que era un premio para jovencitos y que eso no se lo esperaba… Por otra parte, hace un par de meses no llegué a tiempo de incluirlo en la charla con Antonio Altarriba, Miguel Gallardo y Paco Roca sobre sus cómics acerca de la guerra, aunque su nombre y su obra, “Un médico novato”, sí que apareció. Por eso he querido hablar con él aunque fuera a posteriori y Sento, muy amablemente, enseguida me dijo que sí.

Roser.- Llevabas mucho tiempo lejos del mundo del cómic. 20 años más o menos  y ahora reapareces con esta historia sobre tu suegro, Pablo Uriel.  ¿Cómo se te ocurrió hacerla?

Sento.-  Él tenía unas memorias manuscritas que, gracias su hija, fueron editadas en Pre-textos bajo el título de No se fusila en domingo. Yo esta historia siempre la tenía en la cabeza y estaba convencido que, algún día, la tendría que hacer pero no me atrevía o no tenía tiempo. Y ahora que la crisis me ha dado el tiempo que me faltaba, he aprovechado para volver a hacer tebeos, que es lo que me gusta.



Roser.-  Así que Pablo Uriel escribió sus memorias por iniciativa propia a diferencia de los padres de Altarriba y Gallardo, que lo hicieron instigados por sus hijos.

Sento.- Sí. En este caso fue él quien quiso hacerlo. A veces, se iba a pasar unos días al parador de la Coruña o a cualquier otro lugar y se llevaba su máquina de escribir. Creo que fue cuando los 25 años de paz, o algo así, que escribió cómo se había conseguido esa paz y se lo dio a leer a sus hijas, que entonces eran jóvenes y estudiaban en la universidad. Ellas, anteriormente a la lectura del manuscrito, no sabían nada de lo que le había ocurrido a su padre. Es algo que suele pasar… Eso también lo cuentan Altarriba y Gallardo sobre sus padres, que hay una etapa de largo silencio.

Roser.- Sí, por eso el cómic de Miguel Gallardo se titula “Un largo silencio”. Por todo el tiempo en que su padre se mantuvo callado.

Sento.-  Y llega un momento en que sienten una necesidad imperiosa de contar su experiencia a los demás.


Roser. - ¿Y a tu familia qué le ha parecido el cómic?

Sento.- Ellos ya estaban bastante al día de lo que estaba haciendo y, desde el principio, se lo tomaron con mucha ilusión. Supongo que, si has visto la dedicatoria en el libro, te habrás dado cuenta que hay muchos médicos en la familia.

Roser.- Sí, la he visto y me he fijado en ello.

Sento.-  Para mí ha sido bastante difícil porque, convertir en personaje de cómic a una persona que conoces y que es cercana a ti, no es fácil. No sé… Nunca me sentía contento con el resultado y me costaba mucho encontrar el tono… Me refiero a que me preocupaba que tuviera mucha seriedad y quizá demasiado dramatismo…  Pero al final he quedado contento.


Roser.-  Eso que dices sobre la dificultad de encontrar el tono adecuado, quitándole dramatismo al asunto, lo has hecho bien porque, aunque cuentas cosas terribles como las miles de ejecuciones  que ocurrieron durante la guerra, se lee con tranquilidad. Al menos esa es  la sensación que he tenido al leerlo. Incluso cuando Pablo escribe desde la cárcel a su familia hasta parece que les cuente una vacaciones.

Sento.- Sí, si… Por una parte él era un poco así. Pablo era un hombre poco común. Era una de esas personas que te están haciendo un favor y, en cambio, parecía que el favor se lo hacías tú a él. Las cartas que escribía, casi todos los días, tenían ese tono.  Piensa que esas cartas, antes de llegar al destinatario, pasaban por una censura militar. Por tanto, tampoco podían decir nada especial sobre lo mal que lo pasaban allí encerrados. Y encima él no hacía más que quitar hierro al asunto para que su padre y sus hermanas no se preocuparan mucho. Aunque al final sí que llegó un momento en que les contó lo mal que lo pasaba y les pidió que, por favor, lo sacasen de allí.

Roser.- Sí, es cierto. Al final la cosa cambia y las cartas que escribe se vuelven más pesimistas.


Sento.- El problema que tuve con el cómic es que esta primera parte transcurría casi toda en la cárcel y me daba miedo que fuera muy rollo.

Roser.- ¡Pues nada de eso! Al contrario, es muy agradable de leer. Ya te lo he dicho antes.

Sento.- Me alegra oírlo porque esa es la sensación que quería transmitir. De hecho Pablo era así, tranquilo. Él era un hombre de Soria, aunque después vivió en Zaragoza y la Coruña, y se le notaba la esa seriedad de la gente de allí. Pero, por otra parte, tenía mucho temple.

Roser.- Antes me decías que te había costado mucho hacer este cómic. ¿Cuánto tiempo has dedicado a su elaboración?

Sento.-  Al ser un proyecto que conllevaba implicaciones emocionales, había una serie de cosas a tener en cuenta. He pasado mucho tiempo haciendo pruebas y, lo que ha sido el rodaje de esta primera parte, habré estado unos quince meses más o menos.  Cuando te hablo del rodaje me refiero a dibujar, con el guion ya hecho y toda la documentación recopilada. También me fue muy bien que me dieran el premio FNAC-Sins Entido de novela gráfica.

Roser.- Sí, eso es algo que te pensaba preguntar… Lo del premio.

Sento.- No me esperaba recibirlo. Lo presenté un poco por hacer pero no tenía esperanzas de ganarlo porque creía que era un premio para jovencitos. ¡Y va y resulta que me lo dan a mí!

Roser.-  Este cómic lo has hecho todo tu solo, guion y dibujo. En cambio, sé que anteriormente habías trabajado con gente que te hacía los guiones. Uno de ellos fue Ramón de España.

Sento.- Sí… Y con Jaume Fuster hicimos lo del “Tirant lo Blanc”. A lo largo de mi carrera he trabajado tanto con guionista como yo solo. De hecho, para el médico novato, estuve a punto de pedirle ayuda a Antonio Altarriba porque yo estaba demasiado metido en la historia y quería que alguien ajeno  me echara una mano. Pero al final no le dije nada porque, de pronto, todo se aclaró y la historia empezó a fluir. De todas formas, yo siempre he trabajado en equipo y, en el estudio, siempre he tenido una persona que me ayudara. Me gusta tener a alguien con quien contrastar las cosas.

Roser.-  A veces está bien poder consultar las cosas con alguien.

Sento.- Sí. Y a mí eso me hace falta.

Portada de Sento para "Cairo" sobre "Velvet Nights"
con guión de Ramón de España
Adaptación del "Tirant lo blanc" con guion de Jaume Fuster

Roser.- Sobre las preferencias de trabajar solo o con la ayuda de un guionista estuvimos hablando con Paco y Miguel. Ellos, en cambio, prefieren trabajar en solitario. Y yo soy de la  opinión que, para trabajar con un guionista, te tienes que llevar muy bien con él.

Sento.-  Si, claro. Yo he encontrado ese equilibrio. Antes, cuando hacía encargos de publicidad, tenía dos o tres personas conmigo trabajando en el estudio pero ahora es diferente. Suelo estar yo solo y nos reunimos  los viernes para recoger las páginas de la semana, comentarlas y tal. Pero aun así, me sigue pareciendo muy interesante tener a alguien con quien trabajar. Ahora estoy con Elena. Ella es mi mujer y, también, hija de Pablo Uriel.  Ella me ha ayudado mucho con el color del cómic. Es pintora y, de hecho, fue una solución gráfica totalmente suya.



Roser.- Antes hablábamos del dramatismo en la historia y de lo bien llevado que está. Aunque hay unas cuantas escenas de fusilamientos, con montones de cadáveres esparcidos por el suelo, al verlas no son tan duras como, por ejemplo, ciertas escenas de “El arte de volar” o “Los surcos del azar”.

Sento.- Sobre eso que dices de los fusilamientos, se llega a un punto en que las diferencias ideológicas se solventan exterminando al contrario. No se dan soluciones con juicios ni nada de eso. Ser de la CNT, Izquierda Republicana o la UGT era motivo suficiente para acabar aniquilado. Buscaban una paz de 1.000 años y, la única forma de conseguirla, era eliminando al contrario.



"El arte de volar" (Altarriba/Kim)
"Los surcos del Azar" (Paco Roca)
Roser.- Y  con eso, el bando franquista también quería sembrar el terror. Hay un momento en tu cómic en que eso aparece, cuando dicen que en sólo cinco meses hubo 12.000 “paseados”. Es decir, gente que sacaban de la prisión militar sin sus efectos personales…

Sento.- En esa época estábamos en pleno apogeo y subida de los nazis que fueron los que desarrollaron todas estas cosas y Franco y su gente hicieron lo mismo.




Roser.-  En el cómic también hay momentos muy duros y angustiosos. Por ejemplo, cuando cada día a la misma hora oían cómo se acercaban los militares a las celdas para llevarse presos a fusilar.

Sento.- Si, si… No me puedo ni imaginar lo mal que lo pasaría mi suegro cada vez que oía a los militares acercarse a su celda. Una vez me contó que, tras la guerra, estuvo a punto de meterse a cartujo porque no quería volver a ver el mundo. Y eso que no era creyente ni nada. Él lo que quería era esconderse. 


Roser.- Supongo que ese debería ser uno de los momentos más aterradores de la vida de Pablo Uriel. Oír cada día como se acercaban a su celda sin saber si era a él a quien venían a buscar para sacarlo de la cárcel sin poderse llevar la maleta…

Sento.- Ahora que mencionas la maleta… Es un elemento gráfico que he utilizado mucho. Por ejemplo, en cada cambio de capítulo aparece la maleta. Si te fijas suele estar muy presente. Y eso que la mayor parte del libro sucede en la prisión. En cambio, en la segunda parte que  estoy preparando, Pablo se va al frente y aún consigue recuperar su maleta.


Roser.- Sí, ahora me hablas de una cosa que te quería comentar. A diferencia de los cómics de Altarriba, Gallardo y Paco Roca en que sus protagonistas sí que pisan el frente, en el tuyo eso no ocurre y ahora veo el porqué.

Sento.- Es que esta es la primera parte. Como te decía, ahora estoy haciendo la segunda. Yo, como no me podía poner con una historia de 500 páginas de golpe, decidí hacerlo en dos partes. La primera es esta, más dedicada a la represión franquista, donde aparece el tema de la cárcel y las reflexiones de unos hombres sometidos a un fuerte estrés y terror. Luego, esta primera historia acaba bien porque es liberado de la cárcel aunque le dicen que, seguramente, le volverán a denunciar. Y entonces él pide irse al frente, básicamente para esconderse y pasar desapercibido pero tiene la mala suerte de caer en Belchite cuando Belchite cae en el poder de los republicanos y Pablo acaba preso de nuevo. Pero esta vez en Valencia.



"Los surcos del azar" 

"Un largo silencio"
Roser.- Ahora parece que las historias sobre la guerra están de moda. Paco Roca y tú habéis publicado cómic sobre ello casi a la vez y, por otra parte, se acaba de saber que la exposición central del Salón del Cómic este año irá de historias bélicas.

Sento.-  Pues sí. Justo ahora estoy reuniendo unas páginas que me ha pedido Antoni Giral porque van a hacer una exposición grande con muchos originales. En cuanto a la coincidencia con Paco, ha sido totalmente fortuita porque ninguno de los dos sabía lo que estaba haciendo el otro. Yo tenía que sacar esta historia tarde o temprano y este era el momento adecuado ya que tenía tiempo, dinero y también fuerza para meterme en ello.

Roser.-  Hay quien piensa que ya se ha hablado mucho de la guerra civil y que ya es hora de dejarlo un poco estar.

Sento.- Yo no lo veo así sino más bien al revés ya que, al haberse cerrado en falso, se puede volver a hablar de ello. Sobre la guerra aún hay muchas cosas por contar, como lo de “La nueve” en  “Los surcos del azar”.  Esos españoles republicanos que acabaron liberando París  hasta ahora eran unos perfectos desconocidos.

Roser.- Y gracias a Paco Roca ahora empiezan a salir del anonimato.

"Los surcos del azar" 
Sento.- Cuando hay gente que dice eso de que ya está bien de hablar de la guerra hay que pensar en que vale, que llevábamos cuarenta años oyendo hablar de la guerra desde un solo punto de vista pero que quizá ya es hora de empezar a hacerlo desde el otro lado. Y el hecho de que, a estas alturas, aún estemos hablando de las víctimas del franquismo y que no se las reconoce como tales demuestra que se hizo una transición como se pudo hacer en ese momento… Ya ha pasado mucho tiempo… Y que aún sigamos igual, enfadándonos mucho por las víctimas de ETA y poco por las de Franco no tiene ningún sentido. Además, las víctimas de Franco fueron mucho más numerosas.

Roser.-  A parte de cómics, tú has hecho de todo en la vida… ¡Hasta Fallas!

Sento.- ¡Es que cuando me proponen cosas que me gustan me apunto a todo! Y, como disfruto trabajando en equipo, un taller de fallas es perfecto para ello. Además, tiene ese punto antiguo del maestro, el encargado y toda la parafernalia. Me gusta cómo funciona. Haces un dibujo y, a los dos días, tienes un catafalco de seis metros en el que trabaja un montón de gente. ¡Y a mí eso me encanta! Al final, lo de las tres dimensiones me ha acabado gustando… En El Juevestambién hacíamos, y aún hacemos, eso de los recortables.  Vaya, que yo no soy un narrador puro… Me gusta narrar y también hacer cosas más ligeras. Digo que son ligeras en el sentido de que acaban antes.

Roser.- Para terminar, antes me contabas que estabas preparando algo para la exposición central del Salón del Cómic de Barcelona. Supongo que vendrás, ¿no?


Sento.- Sí que estaré. Y también en el Salón de la Coruña con una exposición grande. Pablo Uriel vivió allí después de la guerra y era muy conocido en la ciudad porque, entre otras cosas, fue director del Ateneo.

Cartel de Carlos Pacheco para el Salón de 2014

Finalmente y, gracias a Jordi Ojeda, actualizo el post con la presentación del cómic, el pasado 14 de diciembre de 2013, en FNAC Callao dentro de las VIII Jornadas Comiqueras FNAC/SD, que se puede ver pinchando aquí.


jueves, 20 de febrero de 2014

Joan Colom con Camilo José Cela, el barrio chino y el crimen de la calle Aragón

Fotografía: Joan Colom. (MNAC)

Tan fan como soy de todo lo que concierne al barrio chino no me podía perder la exposición del MNAC sobre Joan Colom. Deseaba verla desde que leí, en la prensa, que el fotógrafo había realizado una donación de todo su archivo al MNAC.

Ahora, dos años más tarde de ese hecho, la exposición es realidad y yo he corrido a verla. En total hay más de 500 fotos (muchas inéditas), realizadas entre 1957 y 2010. 1957 también fue  el año en que Leopoldo Pomés retrató Barcelona por encargo de Carlos Barral y le salió una ciudad lúgubre y oscura, nada en consonancia con lo que querían los responsables de la editorial. Ellos esperaban ver una ciudad alegre y con jardines y se llevaron un chasco con el resultado. Por eso las fotos se quedaron guardadas en un cajón hasta que Juan Manuel Bonet reparó en ellas y decidió sacarlas a la luz. Pero eso es otra historia que en su día ya conté.

Fotografía: Leopoldo Pomés (1957)
En cuanto a Joan Colom, además de gustarme su trabajo, me interesa cómo lo hace. Medio a escondidas, disparando con la cámara por debajo de la cintura. Postura que le daba  un ángulo inconfundible pero que también le dio un disgusto bien gordo en forma de denuncia por parte de una prostituta que se reconoció en una foto suya.

Fotografía: Joan Colom (MNAC)
La historia de la prostituta y Colom ocurrió de la manera siguiente. En 1964, la editorial Lumen publicó un libro con textos de Camilo José Cela y fotografías de prostitutas, realizadas por Joan Colom. El libro, titulado “Izas, rabizas y coliporretas” fue un éxito sorprendente y, a la vez, una tragedia para Colom… Una de las prostitutas retratadas, casualmente se vio en el libro y lo denunció por haber sido fotografiada sin su autorización. Eso fue un revés para Joan Colom y lo dejó tan marcado que dejó la profesión por una larga temporada. Concretamente, hasta 1990 en que se decidió a salir de nuevo a la calle para inmortalizar la vida en Ciutat Vella. Y esta vez, incluso en color.

"Izas, rabizas y coliporretas" a 100 € en todocolección.net
Antes, en 1962, esa forma suya de fotografiar le valió un encargo un tanto extraño por parte de Oriol Maspons, en nombre de la revista Gaceta Ilustrada. En ese entonces, Maspons era el fotógrafo de la revista y le pidió un reportaje clandestino del juicio del crimen de la calle Aragón. Era el asesinato de un tal señor Rovirosa, ocurrido en noviembre de 1962, cuya trama parecía estar sacada de una novela negra.

La Vanguardia del 18 de noviembre de 1962 publicaba la primera noticia sobre ese crimen que dio tanto que hablar. El día anterior, Francisco Rovirosa había sido encontrado muerto en su taller de la calle Aragón, 136. La policía, al llegar encontró el cadáver en el suelo, tras la puerta de entrada, bañado en un charco de sangre con la cabeza destrozada y el cuerpo lleno de heridas de arma blanca. En cuanto al móvil del crimen, todo parecía indicar que se trataba de un robo. Al fallecido le faltaba la cartera y la caja fuerte había sido forzada. Pero tras unas primeras pesquisas, la Brigada de Investigación Criminal de Barcelona descubrió que la cosa iba mucho más allá y que estaban implicadas una tal Mª Pilar Alfaro (con la que Rovirosa que había liado) y una panda de aúpa con la que se juntaba la señora:  Stephen Jouston;“Jimmy” (que luego se supo que era un desertor del ejército norteamericano), “Jack” y una cantante negra, que actuaba en el “Jamboree” de la Plaza Real, y se llamaba Gloria Steward. Todos juntos planearon el robo del taller de la calle Aragó pero, en un momento dado, Pilar Alfaro y Stephen Jouston se echaron atrás mientras Jimmy y Gloria Steward decidieron seguir con el plan junto a un tal James Bell Wagner, que acabó por ser el autor material del crimen. Total, que la cosa acabó con todos ellos detenidos y juzgados.

Noticia sobre el crimen publicada en La Vanguardia

El día del juicio Joan Colom se hizo con un pase de prensa y consiguió las fotos ocultando la cámara bajo una gabardina. Luego, las imágenes (no todas), fueron publicadas en la Gaceta Ilustrada en 1964. Y si quieren saber cómo acabó la historia, tras la declaración de los implicados, La Vanguardia de los días 30 de noviembre  y 2 de diciembre de 1962 lo cuenta todo con pelos y señales.


jueves, 13 de febrero de 2014

Congress for Curious People Barcelona 2014


Como dijo el amigo Theros en su último artículo publicado en El País, a veces las cosas te encuentran en lugar de buscarlas y eso es lo que me ocurrió hace unos días con Felipe Trigo, el director y organizador de Curious Congress en Barcelona.

Yo había concertado una entrevista con Núria Viladevall (biznieta del taxidermista Lluís Soler) y llegó a la cita acompañada de una buena representación de su familia, toda ella vinculada al negocio familiar. Durante nuestra charla me avisó que también vendría un tal Felipe, que estaba preparando algo grande para finales de este mes de febrero. Cuando me enteré de qué iba la cosa vi que se trataba de un evento hecho a medida para gente como yo, que adora Barcelona y que aprovecha la menor ocasión para hurgar en su historia y desvelar su parte más desconocida y oscura.  De hecho, esta definición de la página de inicio de su web lo dice todo y yo me veo reflejada en ella “… nuestra curiosidad es infinita y tenemos una gran pasión por la historia natural, el mundo funerario, la Barcelona subterránea, las sociedades secretas y el arte surrealista...”


Para ponerlos en antecedentes, les diré que existe una sociedad de Nueva York (la Morbid Anatomy Museum), que se dedica a estudiar la relación que el arte y la cultura tienen con la medicina y la muerte. En el año 2011, dicha sociedad puso en marcha el Curious Congress y buscó un lugar idóneo para su celebración, que no podía ser otro que Coney Island.

Coney Island… El parque de Brooklin donde el fundador de la Sociedad Amateur Psicoanalítica de Coney Island, a principios del siglo XX, quiso construir otro parque de atracciones en su interior, de nombre Dreamland, destinado a reproducir las teorías de Sigmund Freud pero que al final jamás llegó a realizar. Una locura que quedó solo en eso pero que fue la base para una exposición fascinante que hace un tiempo vi en la sede de la Fundación Caja Madrid y que la celebración de Curious Congress me ha hecho recordar.



Como les decía, Coney Island fue la residencia oficial de Curious Congress en sus dos primeros años de vida. Luego se trasladó a Londres y ahora llega a Barcelona gracias a una iniciativa de Felipe en colaboración con Vía Barcelona y Kriminal Cabaret. Dos entidades de las que luego ya hablaré.

Mi curiosidad infinita me ha llevado a indagar el por qué los responsables del Morbid Anatomy Museum tuvieron la ocurrencia de montar algo así, cosa que Felipe me aclara al decir que“fue gracias a Aaron Beebe. Él es el padre auténtico del Congress for Curious People. Aaron es un artista visual de Nueva York que reflexiona sobre los espacios de ocio y de poder en las ciudades y en cómo caen en decadencia. A finales de los años 90, el parque de atracciones de Coney Island estaba a punto de desaparecer. Ese lugar, mágico e impresionante  entre 1910 y 1940, se deterioraba a una velocidad de vértigo. Para evitar que eso fuera a más, el presidente de la fundación Coney Island USA convirtió a Beebe en director del museo. Quería que, desde su cargo,  velara por la memoria y la conservación del parque. Pero no fue hasta la década del  2000 que surgió la idea de dinamizar el lugar y con ello vino el Congress, pensado como una semana cultural centrada en la recuperación de ese mundo freak tan típico de Coney Island”.


En cuanto a la programación de ese primer congreso, dice Felipe que constaba de“conferencias sobre personajes míticos de circo, museos desaparecidos, tribus urbanas, moda e indumentaria. Pero también actuaciones y performances de los artistas más extremos de la cultura underground”.



Aaron Beebe contactó con la directora del Morbid Anatomy Museum para dotar al Congress de un mayor número de contenidos inusuales que Felipe enumera: “viajes por el mundo para cubrir ritos funerarios, el sexo en París y Berlín en los años 30, cabarets estrafalarios, espiritismo y mentalismo, taxidermia, museos anatómicos…” Y, sobre las tres ediciones realizadas hasta ahora, opina que “quizás el de Londres 2013 es, de todos, el que más ha ido en esa línea.”


Finalmente, saciada mi curiosidad sobre la fundación de tal evento en  Coney Island, mi interés se centra en saber cómo se lo ha hecho Felipe para traerlo hasta aquí. Él, persona alternativa y amante del underground, echaba en falta la celebración de eventos que fueran en esta dirección. Confiesa que sus pasiones “la historia, las ciencias naturales y el mundo del espectáculo se han unido en el Congress de Barcelona. En mi familia hay directores de orquesta, músicos y gente del teatro. Por eso fundé, en 2010, el proyecto Kriminal Kabarett”, que revive episodios míticos de la historia del cabaret.

Ahora, convertido en director del Congress en Barcelona, me dice que le fascinan los años 30 “especialmente su estética, el surrealismo y las ciencias ocultas de la época” y que, debido a ello, hace un par  de años empezó a trabajar ejerciendo de guía en Vía Barcelona. La empresa de unos amigos que ofrece rutas guiadas por la ciudad, presentando la cara más desconocida de Barcelona. Fue entonces cuando pensó que hacer el Congress en Barcelona sería una buena cosa. Contactó con Joana Ebenstein (del Morbid Anatomy Museum) y Aaron Beebe y, a partir de ahí, todo fue rodado.

En fin, que espero con muchas ganas la llegada del 26 de febrero y esa ruta inaugural sobre medicina yciencia en la Barcelona antigua en la que también participará Enric H. March (del blog Bereshit) con una charla sobre los museos anatómicos de Barcelona en los siglos XIX y XX.


Para más detalles, aquí les dejo el enlace a la web del Congress, repleta de información acerca de actos, horarios y precios.

jueves, 6 de febrero de 2014

Santa Eulalia según sus ilustradores

Serigrafía de Gallardo sobre las Fiestas de 2001

Como ya expliqué en su día, Eulalia era una adolescente de 13 años cuando murió cruelmente torturada por un gobernador romano, de nombre Daciano. Por eso fue elegida patrona de Barcelona hasta que, en 1687, la Mercè hizo un milagro y los barceloneses se lo agradecieron con el título de patrona y relegando, a la pobre Laia, a un segundo plano.Es por ello que los carteles de las fiestas siempre pintan Santa Eulalia con aspecto adolescente.

A lo largo de la historia, la imagen de la santa ha sido de vital importancia en la vida de la ciudad y, casi me atrevería a decir, que su bandera podría ser el primer cartel publicitario de la "Laia". De hecho, los barceloneses le tenían tanta devoción que siempre la sacaban a pasear en los momentos de mayor peligro para la ciudad. Como durante el asedio de 1714, que salía a la calle cada dos por tres.


Para las fiestas de este año y, debido a mi gusto por el cartelismo publicitario, he querido recopilar todos los carteles realizados en el período comprendido entre 2001 y 2014. Cada uno con una visión distinta de la “Laia” según su autor. La única excepción, el de este año en que “Laia” desaparece para poner l’Àliga en su lugar ya que su autor, Marc Ribera, nació en Berga y la Patum le tira mucho.


Aquí les dejo casi todos los carteles. Lástima que me falta uno, el de 2004, ilustrado por Mariel Soria. En cuanto al resto, aviso que hay para todos los gustos. En mi caso, los de 2005 (Max) y 2001 (Gallardo) son mis preferidos. No lo puedo evitar.

2013: David de las Heras

2012: Eudald Palma

domingo, 2 de febrero de 2014

Las cosas se pueden cambiar


Me alegra enormemente que los responsables de La Vanguardia no hayan dejado escapar el enorme talento de Miguel Gallardo.