martes, 28 de mayo de 2013

Cuando Christo quiso envolver Colón





Hace una semana que el monumento a Colón amaneció ataviado con una camiseta gigante del Barça que le iba unas cuantas tallas grande. El responsable que le hayan puesto ese disfraz es el Ayuntamiento de Barcelona que ha aceptado un pastón de Nike por vestir de esa guisa a Cristóbal Colón.


Pero esta no es la única vez que alguien ha intentado cubrir con tela dicha estatua. Allá en los años 70 el búlgaro Christo Javacheff quiso hacer un gran paquete con ella aunque al final no lo consiguió. Pasó 10 años negociando con el Ayuntamiento y, cuando al fin recibió el sí, Christo cambió de opinión y dijo que no. No, porque en París tenía la posibilidad de envolver el Pont Neuf, cosa que realizó en 1985. En resumen esto es lo que ocurrió pero la historia es buena y creo que vale la pena contarla desde el principio. 

De esto me enteré hace poco leyendo las Memorias del underground barcelonés de Onliyú. En el libro hay una pequeña referencia que me llamó suficientemente la atención como para que me pusiera a hurgar en la hemeroteca de La Vanguardia y descubriera lo que ahora voy a contar.

Resulta que en 1977 la Galería Joan Prats fue empaquetada por Christo. Teléfono y escaleras que dan al sótano incluidos. Lo contaba Ferran Monegal en una crónica en “La Vanguardia” publicada el 14 de enero de 1977. El motivo de tal acción era que el artista quería explicar a los asistentes su intención de envolver a Colón y que el proyecto se exhibiría en la Galería “Trece” de Barcelona. Y eso hizo ante un público sentado en el suelo de la Joan Prats ya que las sillas también habían sido enfundadas:

Declaraciones de Christo durante la presentación de su proyecto (La Vanguardia, 14/01/77)
La idea revoloteaba en la mente de Christo desde 1975 y así se lo hizo saber al Alcalde Joaquín Viola, que no vio claro el asunto y no se lo dejó hacer. Entonces él ya era un artista reputado que había empaquetado un montón de objetos y lugares repartidos por todo el mundo. Incluso personas, como hizo con una chica de Londres. De hecho, cuando intentó lo de Colón ya había llevado a cabo Running Fence. Un megaproyecto iniciado en 1973 que consistía en construir una gran cerca con postes y cables (al norte de California) de 5, 5 metros de alto y 40 Km de longitud, cubierta por un velo gigante que llegaba hasta el mar.

Fotografía de "Running fence" realizada por Wolfgang Volz
En cuanto al envoltorio a Colón se refiere y su coste económico el artista lo tenía todo controlado y lo contaba de este modo durante su presentación en la galería Joan Prats:


Pasaron muchos años hasta que Christo se hizo con el permiso de Pasqual Maragall (el alcalde de entonces). Era junio de 1984 y el artista llegaba a Barcelona con ganas de enfundar a Colón en una gran tela.  Eso debería ocurrir justo un año después coincidiendo con la inauguración del renovado Moll de la Fusta.

Christo, Jeanne Claude y Ted Dougherty fotografiados por Pérez de Rozas (La Vanguardia)
En septiembre de 1984 Christo tenía que volver a Barcelona para ultimar los detalles del proyecto pero al final no se presentó aunque sí lo hicieron sus colaboradores que trajeron una maqueta del paquete a Colón, a escala 1.32, que se tuvieron que llevar de vuelta a su país. Christo había perdido el interés y se lo comunicó a Maragall por telegrama. Los 10 años transcurridos desde que inició el proyecto era mucho tiempo. Su arte había evolucionado y ya no tenía sentido para él hacer algo así. Ahora su mirada estaba puesta en el Pont Neuf de Paris que acabó envolviendo en septiembre de 1985 con el permiso de Jacques Chirac.

Portada de La Vanguardia del 25/09/1985
Pero al final la cosa de Colón reapareció unos años más tarde. Concretamente en 2006  en una exposición en la Fundación Canal de Madrid que mostraba diversas propuestas de Christo y Jeanne-Claude que no se llegaron a realizar. Entre ellas Colón y la madrileña Puerta de Alcalá para la que jamás consiguió el permiso municipal.


martes, 21 de mayo de 2013

La celebración del aniversario de Cazadores de Hermes


Siempre cuento lo mismo y seguro que me repito más que el ajo pero la historia es así. Resulta que hace más de un año un par de blogueros entraron en contacto. Ambos, aficionados a la fotografía y a descubrir los rincones más desconocidos de Barcelona, organizaron una ruta con la intención de recoger imágenes de un semidiós – Hermes - muy presente en la ciudad. En Grecia era el heraldo de los dioses. Hijo de Zeus y medio hermano de Hércules, es considerado el cofundador de nuestra ciudad junto a su hermano Hércules según la leyenda de la Barca Nona.

A esa ruta del 25 de marzo de 2012 fuimos un buen puñado de blogueros con muchas cosas en común. Conectamos enseguida e hicimos buena amistad. Tanto, que decidimos constituirnos como grupo bajo el nombre de “Cazadores de Hermes” y repetir la experiencia que nos unió.

Ha pasado un año desde entonces y nos hacía ilusión celebrarlo con nuestros seguidores. Así que la mejor forma de hacerlo era con una nueva salida que mezclara elementos de nuestras rutas anteriores. El resultado fue un éxito. En pocos días se agotaron las reservas. Incluso sé que algunas personas se quedaron sin plaza y deberán esperar a una segunda edición que celebraremos el próximo mes de junio. De eso avisaremos con tiempo en la página de facebook.

Xavi (de las crónicas deThot) y servidora (ayudada por mi hijo en ocasiones) ejercimos de maestros de ceremonia y podemos asegurar lo mucho que disfrutamos con ello e incluso los días previos ultimando los detalles del circuito.

La cita era a las diez de la mañana en Colón aunque los “Cazadores” ya habíamos quedado una hora antes para tomarnos juntos un café y cambiar algunas impresiones. Hecho esto, nos dirigimos al punto de encuentro para dar la bienvenida a los participantes e iniciar la caminata. Esta vez mucho más corta que en ocasiones anteriores en que acabábamos comiendo a las cinco de la tarde, exhaustos y muertos de hambre.


Nuestra primera parada fue en la sede de la Autoridad Portuaria de Barcelona y antigua Aduana de la ciudad, ya que en lo alto de su fachada nos esperaba el omnipresente Hermes. Aquí Xavi nos contó que hay un proyecto de recuperación de este edificio para destinarlo a eventos sociales.



Seguidamente cruzamos Colón y enfilamos camino a la Rambla para detenernos ante lo que fue la antigua fundición de cañones, que se ubicaba justo en frente de lo que un día fue el huerto de los Hermanos Franciscanos, cuyo convento estaba muy cerca como veremos después.

Este edificio de estilo neoclásico, con Hermes en su fachada, fue erigido a finales del siglo XVII aunque el semidiós no estaba ahí desde el principio sino que fue añadido bastante más tarde por los hermanos Vallmitjana (en 1853).

Aquí no sólo se construyeron cañones, sino también campanas (la famosa Tomasa de la Catedral) tras prohibir Felipe V la construcción de artillería en  Barcelona. Luego, ya en el siglo XIX el inmueble pasó a otro uso. La sede del Banco de Barcelona hasta 1920, año en que quebró. Luego, tras la guerra civil, pasó a manos del Ministerio de Defensa para albergar diversas dependencias militares. La última, una farmacia militar según nos informó un transeúnte que pasaba por allí y que nos aseguró recordarla aún abierta.

También Xavi nos informó que en él aún viven familias de militares y que ahora el edificio es propiedad de la Generalitat de Catalunya. Lo adquirió en el año 2003 para trasladar la sede del Institut Europeu de la Mediterrània, cosa que no se llegó a realizar.


Casi al lado de este edificio encontramos el primer callejón enrejado. Se le conoce por el nombre del cagar-hi, ya que eso es lo que hacían los barceloneses del siglo XIX justo en ese lugar.


Y ya de aquí nos fuimos al Passatge de la Banca en cuyo interior se encuentra el Museu de Cera deBarcelona con sus casi recién cumplidos 40 años de edad. Para celebrarlo, hace unos días se me ocurrió entrevistar a Sem Pons, el jefe de comunicación del museo, que me atendió estupendamente y me contó un sinfín de historias. Algunas las conté en la ruta pero si tienen curiosidad por saberlas todas pueden leerlas aquí.

 
Saliendo por el Passatge del Comerç nos fuimos a parar a la calle Anselm Clavé hasta  dar con el Pasage de la Paz”. Así, escrito con “g”, se supone que debido a la herencia del francés, “passage”. Fue construido en 1825 para conmemorar el Convenio de Vergara que puso fin a la primera guerra carlista en 1839. 


Al salir del pasaje hay una pequeña plaza con un nombre inventado (Plaça Papau) que no aparece en el callejero y en la que hay unos cuantos símbolos de Hermes.


Luego nos dirigimos a la Plaça Medinacelli donde también nos esperaban un par de relieves con las cabezas aladas de Hermes sobre las puertas de dos edificios. Allí, en esa misma plaza, se encontraba el antiguo convento de los Franciscanos que acabó siendo pasto de las llamas el 25 de julio de 1835 por culpa de un grupo de barceloneses que, enfurecidos por una mala tarde en los toros, se liaron a quemar conventos.

Más Hermes encontramos en la Plaça de la Mercè. Tres en concreto aunque uno de ellos estaba muy, pero que muy escondido.


De ahí nos encaminamos hacia la calle del Timó, lugar donde se esconde la puerta que Jaume I autorizó a abrir (a través de la muralla) para que los templarios pudieran entrar y salir de la ciudad sin necesidad de tener que pasar por las puertas de la muralla.


Y en la calle del “Pou Dolç” mi hijo Marc me pidió ser él quién explicara que justo allí, en la Edad Media, el verdugo de la ciudad exponía y vendía ciertas partes del cuerpo de los ajusticiados que él mismo había ejecutado.


Justo enfrente, en el Passatge del Crèdit, aparece de nuevo un relieve de Hermes. El pasaje fue construido entre 1875 y 1879 y aquí, en 1893, nació Joan Miró. En el número 4, que actualmente es el Hotel Rialto.


Luego, al pasar por el Pasaje del Reloj (ahora sí bien escrito con “j”) nos fijamos en el gran reloj de la sede de ICV, seguramente un homenaje al antiguo reloj que marcaba las horas de las capitales mundiales más importantes y que se encontraba en este mismo lugar.

  
El final de la ruta se acercaba y, pasando por la calle Ferran nos dirigimos a la calle del Beat Simó de Rojas. Una pequeña calle enrejada que va a parar a la iglesia de Sant Jaume. Existen dos versiones sobre el tal Simón de Rojas. Una dice que es un monje trinitario del siglo XVI mientras que la otra se refiere al origen judío del fundador de la iglesia de la Trinidad, ubicada en este lugar antes que estuviera la de Sant Jaume. Simón Sajor era su nombre que, curiosamente, es “rojas” leído al revés.


Llegados a la Plaça Reial dimos por concluida la salida, no sin antes haber visto las farolas de Gaudí y echar un vistazo al Pasaje Bacardí con sus 14 relieves de Hermes.


Pero también durante nuestro paseo vimos muchas muestrar de arte urbano. Pero eso es otra historia que me guardo para una nueva entrada.

 

domingo, 12 de mayo de 2013

Javier Montesol, "Speak low" y el underground barcelonés



Hacía tiempo que quería entrevistar a Javier Montesol pero no me decidí a contactar con él hasta que leí “Speak low”. Una brutal vuelta al cómic tras 30 años alejado de él.

A Montesol lo descubrí como pintor antes de conocer su pasado como dibujante. Eso fue en mi época de estudiante en la Universidad. Entonces adoraba su trabajo y sigo adorándolo ahora. Incluso una vez estuve a un pelo de conseguir hacerme con una de las obras que exponía en el Supermercat d’Art American Prints pero mi economía precaria me lo impidió. Ahora, muchos años después, no tengo en el salón casa esa pintura que me gustaba pero sí que he tenido la suerte de poder hablar con él y decirle lo mucho que lo admiro.

Antes de leer “Speak low” pensaba enfocar la entrevista hacia el momento en que Mariscal, Onliyú, los hermanos Farriol y el mismo Montesol convivían en Ibiza mientras creaban una parte de “Nasti de Plasti”. Álbum que posteriormente fue completado con aportaciones de Nazario, Ceesepe y Roger. Eso ocurría a mediados de los 70 y en esa época en Barcelona pasaban muchas, muchas cosas. Pero “Speak low” me dejó tan conmocionada que estuve varios días sin coger un libro, sólo pensando en la historia que acababa de leer. Luego corrí a escribir a Javier para decirle lo mucho que me había gustado y que tenía unas ganas enormes de hablar con él. Aceptó enseguida y me contó un montón de cosas que ahora comparto en el blog. 

Portada y contraportada de Pepichek Farriol para "Nasti de Plasti" (Ed. Mandragora, 1976)

Roser.- Llevabas 30 años sin publicar un cómic y el año pasado aparecieron dos en el mercado, que en realidad eran tres. La reedición de “La noche de siempre” y “Fin de semana” y luego “Speak Low” como novedad. Una historia muy seria que a mí me dejó aplastada por unos días. ¿Qué te llevó a volver al cómic con un relato así?

Montesol.- A pesar de haber dejado el cómic para dedicarme a pintar siempre me rondaban historias por la cabeza, más que historias, desarrollos narrativos. Es decir que seguía trabajando a pesar de no plasmarlo ni publicarlo. Más de una vez me encontraba fabulando en el desarrollo de un diálogo o una acción pues siempre me ha interesado la cuestión narrativa. Si leía una novela o una película que me interesaba la asimilaba y ya imaginaba como funcionaría una historia mía con aquella manera de contar. Por eso, cuando de repente empezaron a pasarme cosas muy gordas lo psicosomatizaba construyendo literatura  y, como lo que yo sabía por oficio era hacer cómics, construí una historia con las emociones que estaba viviendo.


Roser.-¿Fue muy largo el proceso de elaboración?

Montesol.- Como te decía, empezaron a pasarme cosas importantes. La más importante el cáncer de un hijo. Luego la pérdida de confianza con la gente  que había estado trabajando veinte años, vamos, que el suelo se abría bajo mis pies. Todo coincidió con el punto de inflexión en el crecimiento de nuestro país, las cosas empezaban a desmoronarse poco a poco y yo era de los primeros en sentirlo. Estaba claro que entrábamos en un punto y aparte. Empecé a sentir la necesidad de volver a dibujar y narrar algo... Estaba en ello dibujando páginas sobre las cosas perdidas como si volviese a los tiempos de “La Noche de Siempre” y, de repente, un mazazo me situó en otra dirección. Nos llaman de madrugada para decirnos que nuestro hijo estaba ingresado en el hospital tras sufrir un linchamiento a la salida de una discoteca. Una realidad mucho más bestia me rodeaba y no había lugar para la nostalgia, la autocomplacencia ni el recuerdo. Era principios de agosto y la historia me salía sola, multitud de caminos... Para febrero del 2010 tenía un montón de material. Era cuestión de eliminar, pulir y cerrar la historia, cosa que hice en primavera. La repartí en una edición en fotocopias entre los amigos y, para San Juan, me llama Carles Santamaría para decirme lo mucho que le había gustado. Jesús Moreno de Sinsentido había estado al tanto de toda la evolución de la obra y se compromete conmigo para su edición y presentación en el Salón de Cómic del 2012.



Roser.- Espero que tus hijos ahora estén bien...Yo tengo dos y no sé cual sería mi reacción si les ocurriera algo similar a lo que cuentas. Además, sabiendo todo eso que me acabas de decir, pienso que "Speak Low" debería ser una terapia para tí. Como cuando algo te preocupa profundamente y tienes la necesidad de explicárselo a alguien. En tu caso, ese alguien sería el lector...
Montesol.- La familia es un campo de batalla importante, continua escuela y campo minado. Me dices lo mismo que me dice mi mujer, que gracias a “Speak Low” me he ahorrado ir al psiquiatra. Me afloraron muchas cosas y tenía necesidad de explicarme. Saber explicarse, ordenarlo, situarse, es sanar.
 
Roser.- La noche de siempre” y “Fin de semana son una crónica de la Barcelona de los 80. Sus protagonistas, muchos reconocibles, son artistas jóvenes que casi no tienen más preocupación que salir por la noche y pillarla gorda a base de drogas y alcohol. En cambio “Speak low” es una historia adulta muy lejana a lo que relatabais Ramón de España y tú en los 80 y también antes, en los 70 con historias como “Nasti de Plasti”.

Montesol.- En efecto “Speak Low” es una obra de adulto, pero para hacerla hay que haber vivido porque vivir da argumento. El dibujante Vallés, en la época del Rrollo nos decía que dibujábamos historias de otros o vividas a través de libros y películas... Bueno, estamos aquí para aprender.



Roser.- Con “Speak Low” tu evolución artística es impresionante. De hecho, poco tiene que ver con tus cómics anteriores y en cambio tiene mucha relación con tu pintura actual.

Montesol.- Para mi era inconcebible plantear  “Speak Low” como una obra donde primero dibujas la página, la pasas a tinta minuciosamente, coloreas con ordenador, etc, etc... En parte porque desconozco las técnicas que utilizan los dibujantes de hoy en día, la tenía que hacer como bien pudiese y era a base de directos, utilizando la mancha y haciendo bricolaje con la página. Si algo no funcionaba, lo dibujaba otra vez y lo pegaba encima. El guión lo hice como los hacía siempre, en una libreta de apuntes desarrollaba la historia con el germen del dibujo ya planteado, como trabajaba Hergé.


Roser.- Hace unos días, en una entrevista a Max y David Rubín ellos me comentaban que no les gustaban sus trabajos más antiguos y defendían que es normal que eso ocurra porque significa que has evolucionado como artista. En tu caso, esa evolución ha sido brutal. Pero ¿tú como ves los cómics underground de finales de los 70 y principios de los 80 que hacías junto a Nazario, Mariscal, Max...? Leí en la reseña de “La noche de siempre” de Rockdelux que eras moderno entonces y lo sigues siendo hoy...

Montesol.- Muchas gracias a la gente de RockdeLux por el piropo, pero si, a veces se horroriza uno de los principios y no solo por el dibujo sino por lo que se decía. En mi caso particular yo no venía de una escuela de artes y oficios o de diseño... Venía de la Universidad Autónoma de Barcelona, de tercer curso de económicas. Intuía cosas pero no tenía ninguna preparación artística. Había visto y leído mucho tebeo, mucho cómic,  mucha película, mucho libro, mucha radio, muchas ganas de agradecer lo que me habían aportado, pero nada más.


1a página de una de las dos historias de Montesol incluidas en "Nasti de Plasti" (1976)

Roser.- Fuiste cronista de la Barcelona “moderna” preolímpica, con una visión desencantada.

Montesol.- No sé si desencantado es la palabra... A lo mejor simplemente es que uno se hace mayor pero lo que estaba ocurriendo no me emocionaba ni me interesaba para nada. En los 70 había unas expectativas de cambio que no se cumplieron, se pactó la transición. Se repartió el pastel, entrada de capitales y empezó a subir el Souflé. Hay que consolarse pensando que habría sido muchísimo peor  con una dictadura militar y una represión a la argentina, cosa que podría haber pasado tranquilamente. A mí me interesaba la herencia de las Vanguardias, no la postmodernidad. Por eso en los 90 me dediqué a un trabajo personal y a la familia que acababa de crear y punto.


Roser.- Antes te preguntaba qué te hizo volver al cómic pero ¿qué es lo que te lo hizo dejar y marcharte a Francia para dedicarte a la pintura?

Montesol.- En los 80 yo deposité mi confianza y mi trabajo en la revista “Cairo”, con una apuesta por las historias bien contadas y bien dibujadas. Estaba claro que el proyecto podría funcionar si entrábamos en los mercados de fuera. Norma era y es una buena editorial y se hablaba de un proyecto de coedición con editores europeos. Al final mi obra no funcionaba fuera y a finales de los 80 empecé a fundar una familia. Era cuestión de replantearse las cosas. Empecé a vender obra original a través del marchante Jean Pierre Guillemot  y entré en el periódico ABC con una tira diaria. Así que me olvidé del cómic y empecé otro camino, el de aportar por la obra original, no la obra seriada. Trabajo y familia requerían una dedicación, un silencio, una entrega que pensé podía cumplir viviendo en el campo, en la Bretaña francesa, mejor que en la vorágine de la Barcelona postolímpica. Un trabajo en profundidad empezaba y a él me dediqué.

Roser.- Luego, de vuelta a España, buscaste una ciudad distinta a la tuya para instalarte e incluso en “Speak low” hay una referencia a este hecho.

Montesol.- La ruptura había sido más profunda de lo que en principio se podía esperar. No me apetecía volver al lugar de origen, así que aposté por una ciudad donde mi obra era muy bien recibida, pero las rupturas son muy dolorosas y no digamos si cuarenta años de tu vida se han desarrollado en ese lugar, donde han nacido tus hijos y has conocido a tu mujer. Había que aprender otra realidad, el espacio físico de otra ciudad  y no mirar atrás. Para colmo, Madrid y Barcelona son dos ciudades que se dan la espalda a pesar de ser los pilares de nuestro país. Es una pena la falta de identidad nacional y que haya personas que jueguen con esto como si de un partido de fútbol se tratase cuando es algo tremendamente serio.


Roser.- Para terminar, me gustaría saber si este retorno al cómic ha sido algo esporádico o bien tienes la intención de seguir publicando nuevas historias.

Montesol.- Al terminar  “Speak Low”  tenía tres posibles historias para desarrollar.  Una sobre la relación de las mujeres con el amor y de los hombres con el alcohol, otra sobre como siguen viviendo en nosotros las personas que hemos amado y que han muerto y una tercera historia sobre como el núcleo familiar  puede ser una bomba para una joven y un embarazo prematuro. Pero el momento actual no me permite la entrega y el trabajo para su desarrollo... Ya veremos.
 

martes, 7 de mayo de 2013

Una conversación con 4 dioramistas de Playmobil




El pasado mes de febrero asistí con mis hijos a la Feria nacional de Playmobil, organizada por Aesclick en Les Cotxeres de Sants. Era  mi primera visita a un evento de tales características y me sorprendió muy gratamente. Tanto, que decidí escribir sobre ello en el blog y buscar a los autores de los dioramas expuestos para hacerles una entrevista.

El post lo publiqué a la semana siguiente. Luego, la casualidad me volvió a echar una mano cuando mi amigo Jordi (del blog Instants barna) me contó que una de las dioramistas era compañera suya en un curso que estaba realizando. Así es como conseguí ponerme en contacto con Silvia y quedar con ella y tres compañeros más de Aesclick a los que invité a pasar una tarde de sábado en casa para hablar del mundo Playmobil.

Acompañando a Silvia, acudieron a la cita Pili, su hijo de 13 años (Toni) y Daniel. Todos ellos dioramistas excepto Pili, que vino en calidad de acompañante de su hijo, un experto montador de dioramas pese a su juventud.

Roser - Asociaciones de aficionados a Playmobil hay unas cuantas pero vosotros pertenecéis a Aesclick, la organizadora de la feria, en les Cotxeres de Sants, el pasado mes de febrero. ¿Es así?

Daniel: Cierto... A nivel nacional está la nuestra, Aesclick. Luego hay otras repartidas por la geografía española, como “Somosclick” en Cataluña, dentro de la cual se inscribe “Barnaclick” y que ha organizado la feria en l’Estació de França entre el 4 y 5 de mayo.

 
Roser - ¿Cuántos socios sois en Aesclick?

Daniel: Actualmente 288 pero ten en cuenta que tenemos socios y foreros y estos últimos no tienen porqué ser socios obligatoriamente.

Roser - Entiendo que todos los que habéis venido hoy sois socios montadores de dioramas.

Toni: Bueno... Yo aún no soy socio. Podré cuando cumpla los 14 pero sí que monto dioramas. De hecho, en la última feria de Barcelona hice el de la expulsión de la orden del temple.


Roser - ¿Se puede hacer un diorama sin ser socio de Aesclick?

Silvia: Sí que se puede. Toni nos lo pidió y no hubo ningún problema.

Daniel: Sólo hay que tener Playmobils y ganas de hacerlo.

Silvia: En la feria de febrero en Barcelona había un diorama sobre los problemas de la escuela pública en Cataluña hecho por una chica que no es socia de Aesclick.

 
Roser - Pues ese era estupendo y estaba muy trabajado. De esa feria también me gustó mucho el de la manifestación de clicks cabreados por la crisis. Le hice una foto que subí a twitter y estuvo unos cuantos días dando vueltas por la red.

Silvia: La chica que lo montó pensaba venir hoy con su hijo pero al final no ha podido.


Roser - Y a la hora de hacer los dioramas cómo os organizáis... Antes me habéis comentado que cada uno de vosotros se centra en un tema concreto. Toni ya me ha dicho que el suyo es la Edad Media y eso me hace pensar que vuestros dioramas deben se siempre acerca de vuestro tema favorito...

Daniel: Bueno... No tiene porqué ser siempre así. Yo colecciono “victoriano” y “fantasía” con dragones y todo eso y, a la hora de realizar un diorama, primero pienso la idea, luego organizo las piezas que tengo y, en caso que me falten algunas, las pido a otros socios. Al final realizo el montaje con todo lo necesario.

Roser - Y tú, Silvia, ¿Cómo te organizas en la elaboración de tus composiciones? En la última feria trataste una parte de los 12 Trabajos de Hércules.
 
Este es el Hércules creado por Silvia, utilizado en su diorama, que me regaló tras la entrevista
Silvia: Tenía muy pocos personajes pero me costó mucho hacerlo. Sobre todo los monstruos. En otra feria anterior construí otro diorama, también sobre Hércules aunque entonces escogí el de las manzanas de oro del jardín de las Hespérides.
Roser - ¿Cuánto hace que coleccionáis clicks? ¿Desde la infancia quizás?

Daniel: Yo sí. Cuando era pequeño tenía el barco pirata. La colección de “victoriano” la empecé a los 12 o 13 años y lo conservo todo. Creo que sólo he perdido un cubierto.

Roser - Sé que la próxima feria de Aesclick será en junio en Madrid ¿Preparáis algún diorama para entonces?

Daniel: Yo montaré escenas de Blancanieves, la película de terror de Caperucita y Brave. Son todas escenas pequeñas en las que hay que modificar mucho el playmobil y eso lo hacemos con masilla. Es decir, que si por ejemplo quisiéramos representar  a Maria Antonieta, tendríamos que hacerle la peluca y otros complementos por la razón que no existen clicks sobre el siglo XVIII.

Roser - Eso que cuentas es algo que quería saber. Al ver vuestros dioramas, una se da cuenta que los muñecos están modificados de algún modo ya que no existen playmobils en el mercado con el aspecto que aparecen en los dioramas. ¿Cómo lo hacéis?

Daniel: Eso depende del coleccionista. Algunos compran los playmobil y los guardan sin abrir. Al final esos acaban siendo los que tienen más valor pero nosotros preferimos tenerlo todo abierto y disfrutar con nuestros muñecos.

Silvia: Es que nosotros jugamos mientras que los otros son coleccionistas.

Daniel: Por otra parte, también están los que al hacer un diorama no usan nada ajeno a playmobil. En cambio nosotros nos aventuramos con todo tipo de piezas, sean playmobil o no.

Roser - Entonces vosotros sois más artesanos al realizar complementos y vestuario para vuestras composiciones.

Daniel: Bueno, hacemos más complementos que vestuario aunque hay gente que también se atreve a hacerles vestidos. Pero para mí eso es un paso muy avanzado.

Toni: Yo hago las capas de mis personajes.

Roser - Toni ¿Qué más les haces a tus personajes?

Toni: Pintarlos. Pinto las armaduras y una vez me atreví a realizar una estatua dorada. 

Roser - Sé que en el Hospital de Sant Joan de Déu tenéis montado un diorama que cambiáis periódicamente. Contadme más cosas sobre ello.

Toni: El que hay ahora es un circo mío y el siguiente lo hará Silvia.

Daniel: Todo lo relacionado sobre los dioramas del hospital lo hablamos en el foro de la asociación  y no es necesario ser socio para entrar en él.

Roser - ¿Cómo empezó vuestra colaboración con el hospital?

Silvia: Hace unos cuantos años... Creo que en 2007. Recuerdo que fuimos una compañera y yo a hablar con una chica del  hospital que se encargaba de las actividades extras y le comentamos nuestra idea. Eso ya se hacía en Madrid, en el Hospital Gregorio Marañón y por eso no fue nada difícil de conseguir.

Marc - en la feria que estuvimos había clicks escondidos entre los dioramas que el público tenía que encontrar y me acuerdo que en el que tu hiciste, Daniel, había uno. ¿Quién pone ese click en el diorama?

Daniel: Normalmente el que monta el diorama. A mi me suelen criticar porque dicen que lo escondo mucho y que es difícil de encontrar.

Toni: Pues yo escondí el mío en el interior de una torre con rejas y era muy difícil de ver.

Daniel: También hacemos colaboraciones con el MAC (Museo de Arqueología de Catalunya) y recientemente hicimos un diorama en el museo de Balaguer donde también metimos playmobils escondidos que se debían encontrar.

Roser - De lo de Balaguer no sabía nada pero lo que sí llegué a saber fue que las pasadas navidades estuvisteis montando dioramas en el museo de Badalona.

Daniel: Sí, y allí estuvo muy bien. El MAC central lo paga todo con el presupuesto de sus museos pero cada museo lo organiza todo según su interés y en el de Badalona salió  muy bien.

Roser - Ahora que habláis de presupuestos de los museos y cuestiones económicas... Tengo entendido que lo que hacéis es siempre sin contraprestación económica y que no recibís ningún tipo de subvención...

Daniel: Cierto, no recibimos nada y nuestra asociación es totalmente independiente. Lo que si hay es una colaboración bastante directa con Playmobil Ibérica. Por eso, en las grandes exposiciones, suelen darnos cajas con juguetes y merchandising vario para sortear entre los asistentes.

Roser - Entonces, ¿os financiáis sólo con el dinero que conseguís de las entradas de los eventos?

Daniel: Así es, aunque para esos grandes eventos suele haber una especie de acuerdo económico que consiste en pagar el alojamiento a los socios que acudan a exponer y en recibir agunos packs de juguetes para repartir entre los niños de los hospitales.

Silvia: Eso es ahora, que ya tenemos un status, pero antes cada uno ponía el límite de lo que se podía gastar en las ferias, pensando en lo que costaría el montaje del diorama más el viaje, en caso que se tratase de un evento en otra ciudad.

Daniel: Lo que quiere decir Silvia es que cada cual va con lo que puede y si hay la suerte  que por ese evento concreto se puede conseguir alguna ayuda... ¡Pues bienvenida sea!

Silvia: Además lo nuestro es un hobby y si pasase a ser algo remunerado dejaría de ser una afición.

Daniel: De hecho, en ningún momento Aesclick paga a ningún socio por montar sus dioramas. Aquí lo único que se hace es correr con los gastos de manutención y alojamiento en las grandes ferias pero nada más.

Roser - ¿Tenéis algún click favorito?

Silvia: Pues sí. El mío es el primer pirata descalzo que salió a la venta en los años 80.

Toni: Mi favorito es un samurai y me gusta porque nunca había tenido un click asiático.

Roser - A mi hija Anna le encantan los playmobil para niñas... Las series de princesas y todo eso, que cuando yo era pequeña no existían.


Pili: De esta nueva serie de princesas también están Rapunzel y Blancanieves.

Roser - Ah, ¿si? Pues yo tenía entendido que Playmobil no realizaba reproducciones de personajes de cuentos famosos...

Daniel: En teoría, el antiguo diseñador de Playmobil era contrario  a la reproducción de personajes famosos pero tras su muerte, hará unos cuatro años, los  sucesores en la empresa decidieron cambiar de estrategia y empezar a introducir este otro tipo de personajes, modificando un poco la cara y el vestuario.

Roser - Supongo que tenéis algún almacén donde guardar todo el material...

Daniel: Pues no... Lo tenemos todo en nuestras casas.

Toni: Yo ahora estoy montando la catedral de Notre Damme de Paris con Quasimodo el jorobado y lo estoy haciendo todo en casa.

Foto realizada por Toni para mostrar su recreación del jorobado de Notre Dame

La catedral de Notre Dame, a media construcción en la habitación de Toni
Silvia: Mira Marc te vamos a enseñar a desmontar clicks. Antes has dicho que los sabes montar pero no desmontar. Pues yo te voy a enseñar.

Y así acabamos la entrevista y una tarde muy agradable. Con Silvia enseñando a mi hijo a desmontar playmobils con un golpe seco en la espalda del muñeco. Marc lo aprendió en seguida y se pasó unos cuantos días montando y desmontando clicks. En cambio yo, que soy bastante patosa para las manualidades, fui incapaz de aprender.

Edición limitada de Durero pintando su retrato, regalo de los amigos de Aesclick